lunes, 3 de mayo de 2010

insomnios 2: Cañamares y Cumbreño

la noche previa a la presentación de LMDREP: G.B. en la fnac tuve la suerte de tener al lado de mi mesilla
de Ana Pérez Cañamares. sus relatos sobre la infancia tienen, sobre todo, dos cosas que admiro: un ritmo trepidante, el mismo ritmo que Ana imprime a sus poemas, y una voz no femenina en narradores masculinos. en los relatos de mujeres siempre detecto sus muñecas, bien por descripciones peyorativas en los personajes masculinos o porque las miradas de estos contemplan cosas en las que sus ojos jamás repararían. puedo afirmar que la calidad del libro consiste en la destreza de la escritora que, con un pulso envidiable, consigue narrar a través de la acción exclusiva atmósferas sin adjetivos. y por si fuera poco, tres relatos todavía se me cuentan una semana más tarde: los sentimientos fascinantes entre los hermanos, las siestas con la tía susana y los deseos silenciosos de unos amigos en el bosque. si esto sucede, como digo, una semana después de leerlo, es que el libro merece la pena.
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el jueves regresaba de mi pequeña aventura cacereña con la maleta llena de libros que me había regalado, José María Cumbreño y entre tanta obra de tanto autor deseable opté por leerme el suyo: . una vez reposada la lectura que me ocupó tranquilamente casi el viaje al completo vuelvo a destacar lo mismo que le escribí en un e-mail y que casi casi reproduzco: me parece interesante el tratamiento. es un conglomerado de cosas y confieso que disfruto más las aventuras de la familia que las obsesiones del escritor por la publicación y de los celos y dolores de la paternidad que de otras entradas... lo que más me sorprendió fue leer las historias que casi casi me había contado igual. cosas que iba a escribir en la crónica de este periplo y que ya no hizo falta porque las había escrito el autor tal y como quería recordarlas, con las mismas imágenes. es valiente. muy valiente. y una muestra de puro amor puro. quizá sus hijos lo entiendan cuando sean padres ellos, antes quizá lo pueden leer como mi papidrastro lo del bitter kas (referencia a GdI). y eso sí, se ha vengado del ex como yo de mi padre (qué pancho se queda uno, verdad?). es un libro de cansancios y obsesiones en los roles de maestro, de padre, de marido, de colega... no sé, conmovedor. después de haber pasado aquellos días maratónicos con Chema he comprobado además que se trata de un libro muy honesto y quizá, sólo por ello, ya merezca la enhorabuena.

1 comentario:

Ana Pérez Cañamares dijo...

Mil gracias, linda. Besazo